Verónica asistió al funeral de su papá en Colima y habría sido privada de su libertad por su madre en complicidad con un institución religiosa, relata Alondra, su novia.
Verónica Fonseca radica en Manzanillo, Colima. Tras el fallecimiento de su padre en la capital del estado y para asistir al novenario, se alojó en casa de su abuela materna. Debido a que fue diagnosticada con varicela, Verónica tuvo que extender su estadía en la ciudad de Colima para permanecer bajo el cuidado de su abuela, su madre y su prima. Su reciente pérdida, el diagnóstico y el aislamiento le provocaron además un cuadro depresivo, esto de acuerdo al relato de su novia Alondra Zamudio, radicada en Arandas, Jalisco, que respalda lo que cuenta a través de twitter con capturas de pantalla de diferentes conversaciones entre ambas.
🔴 Hola a todos, espero tener su atención. Ella es Verónica Fonseca Diaz, mi pareja. El día 07/04/21 dejo de contestar mis mensajes a la 13:30 hrs. Yo, originaria de Arandas, Jalisco. Y ella originaria de Colima, Colima. Necesito de su ayuda para encontrar su paradero. pic.twitter.com/8xbCIYPdz4
— Alondra Zamudio (@Alondra_LRZ) April 8, 2021
Debido a que Verónica es lesbiana y salió del clóset con su madre quien mostró total rechazo y además la culpó de situaciones ajenas, como el fracaso de su matrimonio y la muerte de su padre al grado de ser constantemente corrida de su casa y hasta recibir golpes por su sexualidad y por tener, desde hace un año, una relación con otra mujer.
En la madrugada del 7 de abril, último día en que la pareja estuvo en contacto, Verónica manifestó ser presa de ataques verbales por parte de su abuela y su madre así como la necesidad de estar con Alondra, quien le proporciona la paz y tranquilidad que necesita en estos momentos. También le informaba que contaba con la autorización de su mamá para viajar a Arandas y reunirse con ella.
Sin embargo, Verónica nunca llegó. Alondra dejó de recibir mensajes y pesó que era debido a los preparativos del viaje, pero pasaron varias horas sin noticias y decidió al llamar al teléfono de su novia para averígüar que ocurría. La que atendió el teléfono fue la madre de Verónica, quien increpó a Alondra por haber inducido a su hija a las drogas y arruinarle la vida, colgando el teléfono enseguida.
Ante lo ocurrido, Alondra hizo contacto con alguien cercano a su novia y logró enterarse de que previo acuerdo entre la abuela y la madre de Verónica la casa de la primera se quedaría vacía a determinada hora para recibir a una psicóloga que daría terapia a madre e hija. Pero en lugar de eso, la mamá llegó acompañada de otro vehículo del que bajaron dos hombres y dos mujeres que ingresaron a la casa de la abuela. A partir de ese momento no se supo más de Verónica, pues fue despojada de su teléfono celular y se presume que fue trasladada a un centro de rehabilitación de carácter religioso.
Ni la abuela Candelaria, ni la madre Verónica, ni la prima Amalia responden a Alondra sobre la ubicación de Verónica y sólo se limitan a responder que “se encuentra bien”.
Alondra afirma que Verónica no es adicta a las drogas y que tampoco requiere ningún tipo de tratamiento o encierro para “solucionar” sus problemas.
A través de twitter varias personas y organizaciones LGBT ha ofrecido apoyo a Alondra. Recordemos que las “terapias de conversión” han sido polémicas desde siempre y son consideradas polémicas, discriminatorias y en contra de los derechos de la comunidad LGBTI. La ONU las condena, en México se encuentran prohibas en la Ciudad y en el Estado de México con penas de uno a tres años de prisión a quien las practique y en el senado de la república existe una iniciativa encaminada a su prevención y sanción.
Esperamos que la situación aquí manifiesta tenga una solución favorable, que Verónica y Alondra pronto estén juntas y que quienes tengan que actuar lo hagan a la brevedad.